sábado, 29 de agosto de 2015

Libre


Y ahora que soy libre, mi libertad me permite decir que hay cosas en esta vida que no merecen ser perdonadas, no para guardar rencor, sino para que seamos capaces de recordarlas cada vez que sientas que "esto no va como debería ir" y empezar a entender que necesitas un cambio.

Tristemente olvidamos cuán libres somos. Nos encerramos en una ciudad que nos agobia; en un país que no nos profusa dignidad; en unos amigos que aunque son maravillosos, hacen que olvides lo que es conocer gente nueva; en una pareja que con el tiempo se va desgastando; en un trabajo que nos oprime... Y al final acabamos tendiendo a ser lo que probablemente nunca quisimos ser: una mediocre persona más.

Hemos ordenado nuestro mundo para que cada vez te cueste más ser libre, pero yo quiero que recordéis que todos somos libres, y tú serás tan libre como tu mente quiera serlo:

Sé lo que quieras ser, haz lo que quieras hacer. Párate si es necesario, pues la fatiga es normal. Equivócate, acéptalo y aprende. Enorgullécete  de aquello que has conseguido. Sé valiente y rompe los miedos que te paralizan. No olvides quién eres y que en todo momento eres tú quién decide lo que quieres y lo que mereces.

Cuando sientas que han roto tus límites, siéntete libre para romper los miedos y empieza a vivir la vida que tú quieras: te la mereces.

Y por favor, no olvidemos una cosa tan esencial como es la LIBERTAD en vuestras vidas, pues puede que acabemos sin conocernos y nos olvidemos de nosotros mismos y de qué queremos ser y por qué.

Sin embargo, para ser libre hay que ser valiente, por tanto: sueña. Que tus sueños te sirvan como trampolín para alcanzar la sensación de libertad que te da la felicidad de quererte y conseguir lo que te has propuesto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario