martes, 30 de agosto de 2011

Motivaciones



Suena el despertador, pocas horas de sueño y lo peor de todo, abandonar tu bucle de tranquilidad anestesiada para enfrentarte al mundo. Sabes que has puesto dicha alarma para enfrentarte a malas noticias, sin embargo lo haces, desganada, pues hay que luchar contra ello para acabar lo antes posible.

Sin ser consciente aún pues Morfeo no quiere abandonarte, te vistes deprisa, tus movimientos se vuelven automáticos, la rutina de la ducha, el desayuno, el maquillaje y el mirar atrás antes de salir para asegurarte de que no has olvidado nada importante.

Desde pequeña siempre he preferido encarar estos días sola, ya sea ir al médico, a los exámenes en la Universidad, cualquier situación en la que se implique tensión, pues la soledad me tranquiliza. Sin embargo, hay veces en las que no puedes decir que no, que quieres recorrer esa parte del camino sola, y vas acompañado, pues así no preocupas a los que quieres y al fin y al cabo, a ti tampoco te cuesta tanto.

Acabas la mañana, no fue para tanto o eso crees, quizás porque aún no has asimilado que unos hechos han cambiado completamente tu futuro o quizás porque lo desconocido nos da miedo y por ello, divagamos, nos ponemos en lo peor, pero... ¿No es que las cosas que llegan sin avisar, cuando son malas, son las peores? Por eso a mí nunca me han gustado las sorpresas.

Analizas la mañana cuando puedes estar un poco de tiempo sola y tranquila. Todo han sido malas noticias e importantes, pero estás feliz, ¿por qué? pues porque ya ha pasado ese pequeño mal rato que traerá muchos malos ratos futuros, pero como se dice, después de la tempestad siempre llega la calma... Quizás recibir tantas noticias juntas no precisamente buenas nos llenen de fuerzas para afrontarlas, el mundo no va a poder más que nosotros.

No sé cómo será pero será mientras YO siga en pie. Me da miedo volver, durante dos meses deseando que llegara este día, coger las maletas y regresar a mi vida, contigo, con vosotros... ahora me da miedo pues sé que habrán miles de complicaciones, pero todo es creen en ello. Aún así, me siento afortunada por tener algo a lo que afrontarme y que en parte sea por ti.

Si crees en ello, puedes llevarte un palo muy grande, puedes desilusionarte, pensar, ¡qué estúpida he sido, tenía que haber pensado en que podía salir mal! pero... ¿Y lo feliz que eres cuando tienes una ilusión y crees que todo va a salir bien?

Podemos si queremos :). Al fin y al cabo son muchos buenos momentos los vividos, para que pesen más los malos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Perspectivas




Cuenta la leyenda, que en una pequeña ciudad al sur de Eslovenia, donde los días podían llegar a ser realmente fríos y largos en invierno, existía hace muchos años un amuleto del que no se sabía muy bien su función pero que cada uno de sus propietarios se aferraron a él incluso dando su vida por el, como bien dicho es por los habitantes de ese pueblo que hubieron quienes perdieron la cordura por aquel objeto circular. También se decía que podía parecer un objeto común a manos de cualquier persona y que sólo los más avispados conseguirían descubrir la llave que abriría todos sus misterios, por lo que poco a poco, el tiempo acabó silenciando esta leyenda. Sin embargo, Jan, un pequeño pero inteligente niño la reavivó.
Un buen día, jugando por un embarcadero, entre un montón de tierra y hierbas encontró una pelota de mediano tamaño divida en cinco colores: rojo, negro, blanco, verde y marrón. La pelota estaba divida en rombos, todos de igual tamaño pero para extrañeza del joven, ésta no botaba, no parecía ser una pelota normal.
Pasó días y días observándola y tratando de encontrar por qué esa inútil pelota le llamaba tanto la atención aunque tanto indagar sin respuesta hizo que se olvidara de buscar la solución, mas siempre la llevaba consigo a donde quiera que fuese. Aburridos de preguntar sus amigos, se limitaban a observarla y mirarla fijamente para intentar saber por qué Jan no se separaba de ella.
Cuando todo parecía ya olvidado, nuestro protagonista, en un arrebato de rabia y ganas de escapar del mundo que le rodeaba, se dirigió al Lago Bed. Habiéndose relajado un poco, Jan decidió mirar su mochila y deshacerse de las cosas que llevaba consigo y le unían negativamente al pasado. Todo le pareció más o menos de clasificar, si piedra en la espalda o no, hasta que llegó a tener que elegir qué hacer con la pelota. Extrañado se percató de que seguía sin saber nada de ella después de tantos años. La había golpeado, la había apretado, dejado al sol, mojado con la lluvia pero jamás había hecho antes lo que le hizo descubrir la naturaleza del objeto.
Se acercó a la orilla, sumergió la pelota cinco segundos en el agua del Lago Bed y cerró los ojos intentando transmitirle algo a aquél maldito objeto que le traía de cabeza. Al pasar dicho tiempo, la pelota pareció dividirse en cinco, cada color se separó de su contiguo. Cada uno representaba una cosa: negro: tristeza; rojo: amor: blanco: tranquilidad; marrón: indiferencia y verde: esperanza.
Al salir del agua empezó a ver el mundo triste, apagado, melancólico, infausto, un lugar hostil donde nadie quería vivir. El mundo había perdido su sentido y cada vez se enturbiaba más. Al darse cuenta, se miró a sí mismo para observar en qué se había convertido y al mirar sus manos tiró el trozo negro, que es el que tenía y cogió el rojo. Esta vez el mundo se regía por una energía muy fuerte e indescriptible. La gente parecía estar muy viva y con muchas ganas de vivir, pero esta fuerza, les hacía luchar entre ellos, por lo que al volver a ver una imagen desagradable, se deshizo de esa parte y cogió la marrón, indiferencia. No sabía describir cómo se veía el mundo desde esa perspectiva pero era tan profunda que le dio miedo y cogió la blanca, la cual representaba la tranquilidad. En esta perspectiva no existían los problemas, no había de que preocuparse, no existía el motivo por el que no reír, pero como todo lo bueno tiene partes malas, observó que la gente no era capaz de darle el valor que tenía a una sonrisa asique se hizo con la verde. Allí seguían existiendo todos los colores, sin embargo, tenían menos peso en la gente. La gente vivía de esperanza, de creer que era capaz de conseguir lo que anhelaba, no importaba qué ni cómo ni para cuánto, solo que lo tendrían. Vio a mucha gente hacer cosas increíbles por dicho color, haciendo que Jan decidiera quedarse con ese color en su mano. Sin embargo, con el tiempo entendió que hay que aprender a saber cuándo rendirse, por lo que reunió todos los pedazos y recompuso la pelota.
El joven la guardó consigo durante años y sólo la utilizó cuando estaba tan perdido que necesitaba escapar del mundo, pues con ella, aprendía cosas nuevas, al igual que las opiniones de las personas a las que quieres.

viernes, 12 de agosto de 2011

Bucle.



Y crees que no pero todo se contamina... crees que vas a estar en la cima un rato más, pero es mentira... cuando te das cuenta de lo alto que has llegado, ya estás cayendo y no hay marcha atrás ni freno, sólo esa sensación de vacío. ¿Qué has hecho? ¿Cómo lo has hecho? ¿Podrías haberlo hecho mejor?¿es solo pasado o también presente? Luego ves como el frenazo de la caída sacudirá tu cuerpo una vez más y esperas que no duela, pero simplemente esperas, intentando concienciarte...
¿Me prestas una palabra?¿Una nota? Para poder plasmar la rabia que siento, la desilusión, las ganas de correr y desaparecer.
Todo será tan raro que supongo que ni sabremos como afrontarlo. Ojalá pudiera adelantar el tiempo y desaparecer. Siempre quiero desaparecer, quizás porque no sé a qué lugar pertenezco, esa siempre será mi condena.

jueves, 4 de agosto de 2011

27 de Enero



Todos nos sentimos perdidos como gotas de agua en la lluvia. Nos aferramos a estupidas cosas que nos hacen recordar. Cada día se convierte en una batalla por sobrevivir, el mundo se está volviendo loco y nosotros, de brazos cruzados, no dejamos de mirar el reloj.
No paramos de mirar el reloj. Intentamos desplegar las alas rumbo a casa o a otro lugar, suplicamos porque no haya sorpresas.
Nos duele el dolor del vecino pero no hacemos nada. Soldados controlan calles y nosotros perdemos el tiempo, solos, no podemos dejarlos ir.
Abrir los ojos depende de tí, vuela si quieres lejos de mí pero sé libre. Sacude mis huesos de nuevo, otra agitación no romperá este esqueleto. Tú tratas de mentirme, yo de no ser engañada. Cada día es un circo.
Empezó casi como un juego, se hizo grande y perdimos el control. ¿Por qué pretendes romperme? ¿Por qué? Despiertame antes de irte y rompe las palabras que nunca dirás