martes, 10 de mayo de 2011

... Y al final



El viento acaricia mis mejillas, juega con mi pelo y mantiene mis ojos bien abiertos. El horizonte se confunde con un negro telón y probablemente, antes de que nos demos cuenta todo habrá acabado, sin saber muy bien cómo ni cuándo hemos llegado a este punto muerto que nos da náuseas, al tira y afloja de seguir con ganas y al paso del tiempo y del esfuerzo, ¿para qué?.

¿Qué merece realmente la pena en esta vida? ¿Estudiar? ¿Trabajar? ¿Tener hijos y ser un buen amante? ¿Qué es lo que realmente merece la pena? ¿Seguir un orden, adoctrinarnos y ser feliz de ese modo? Oh no, nunca viviré de esa formas, pues así no soy capaz de ver el solo levantándose para quemar cada poro de mi piel con esa sensación de calidez que solo un amor loco y unos labios calientes pueden dar.

Nos esforzaremos, caeremos y nos levantaremos. Hagamos lo que hagamos, yo pondré pasión en ello, lo prometo, pues si algo me enseñó el viento es que al igual que éste hace, lo mejor es fluir libre sin importar el momento ni el lugar.

A los catorce querías ser mayor, ¡qué demonios ERAS mayor!. Querías ser guay, querías tontear con tíos, molaba tener a alguien que te quisiera porque tres meses con una persona era todo un logro... ¡y el primer beso...!
Empezaste a ocultar que aún veías dibus y que aún sonreías al ver tus juguetes. Empezaste a igualar tus aficiones, TUS gustos a los de los demás porque fue la etapa en la que realmente conociste a Soledad y entendiste el peso de una sonrisa y lo que conlleva escuchar a alguien reír.

Llegaron los dieciséis, quizás la edad en la que realmente te sentías maduro pero sin embargo, seguías siendo un crío que empezaba a sentir un poco de control en su vida.
Llegó también el amor, todas esas chochadas, toda esa pasión, todos esos besos... ¿¡y esas sonrisas?! pero la vida cambió y tú también aunque te prometiste no hacerlo, aunque prometiste no hacerlo. La gente vino y se fue, también llegó al igual que llegaste a los dieciocho.

Fiesta épica por tu dieciocho cumpleaños. ¡Ya eras adulto! ¡Ya podías fumar, follar, beber, conducir legalmente! Podías ser un adulto en la mente de un niño que se desvaneció al irte de casa a ESTUDIAR.

Estudiar para ser UNO MÁS, no por el placer que produce el saber, no, sino por poder pisotear a otros en el mundo laboral, para poder levantarte y tener una obligación que cumplir día a día, ocho horas diarias como mínimo sesenta y siete años de tu vida ¡¿ Dónde está el tiempo para ser feliz?!

Probablemente a los veintiocho - treinta tengas un trabajo MÁS O MENOS de mierda que hace que tu vida sea MÁS O MENOS pesada...¡BENDITAS VACACIONES!.

Los treinta y sin tener hijos (si todo sale bien, claro). ¡Es hora de ir a por un churumbel, lo que se traduce en: a) agobio económico b) intranquilidad c) cero intimidad (benditas madres valientes que hacen que al sacar una teta para amamantar al susodicho nadie suelte un comentario denigrante) d) muchos dolores de cabeza unidos a sonrisas especiales: primera palabra, aprender a andar, a ir al baño; en conclusión, a ver que una personita nacida de algo guay entre dos está aprendiendo a ser autónomo para que en el futuro su vida sea mucho mejor que la tuya.

Sin duda los años más estables de ka vida serán los cuarenta, cincuenta, aunque no entiendo por qué la gente los denomina como "la flor de la vida" si es la aproximación a los sesenta, en los que empiezas a ver al médico más que a tus hijos, empiezas a darte cuenta de que estás volviéndote vieja (despojo de la sociedad). La gente se muere... cada vez uno menos ¿quiénes verán tu entierro?

Los setenta y ochenta entre sueros, drogas y peleas por elegir a quién le cae la cruz de cuidarte para que al morir puedan decir: ¡Así ya no sufre!

Quizás lo mejor sera no pensar, sólo tener una canción en la cabeza, de esas de cuando eras pequeño. ¿La mía?:
¿Qué es? ¿Qué es? Hay luces de color, ¿qué es? parecen de algodón...
Pero aunque sepa que es así, y muy probablemente mi vida acabe siendo de esa manera en su mayor parte, siempre lucharé por hacerla única. Quizás no destacaré demasiado, quizás no tendré mucho dinero ni sea la mejor en el trabajo. Muy probablemente no tenga mucha gente a la que realmente le importe pero SÍ estoy segura de que SIEMPRE haré lo que en ese momento vea conveniente y me pegaré por alcanzar mi felicidad si hace falta.

Quizás la respuesta a mi pregunta sea: DIVERSIÓN Y FELICIDAD PARA PODER HACER FELICES A LOS DEMÁS.

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